Una investigación de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, publicada en el libro Computers in
Human Behavior. Los investigadores preguntaron a 140 personas con qué frecuencia jugaban con
videojuegos y los sometieron a pruebas para evaluar su salud emocional y social.
Los resultados revelaron que el 61
por ciento de los participantes jugaban de vez en cuando, y el 35 por ciento,
al menos una vez por semana.
La investigación demostró que los participantes
que jugaron con videojuegos, incluyendo aquellos que solo jugaban de vez en
cuando, tuvieron mayores niveles de
bienestar, y los que no lo hacían tenían más emociones negativas y una
tendencia a la depresión.
El autor principal del estudio, el doctor Jason Allaire, sostiene que: "La investigación sugiere que existe un vínculo entre el juego y una mejora emocional".
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